Otros ejemplos de imágenes sexuales del Antiguo Egipto se encuentran sobre todo en templos y tumbas.
En contraste, se representa a mujeres núbiles, con una belleza erótica clásica del arte faraónico, con imaginería hathórica, entre enredaderas, flores de loto, monos y sistros musicales.
Las imágenes masculinas han sido interpretadas como diferentes escenas de un solo protagonista, que tiene varios encuentros con una cortesana o esclava.
El egiptólogo francés Jean-François Champollion, cuando vio el papiro en Turín en 1824, lo describió como «una imagen monstruosa, obscena, que me dio una impresión muy extraña acerca de la sabiduría y la compostura egipcia».
[4] El verdadero significado de las imágenes y el objetivo del papiro no está aún totalmente claro, ya que los fragmentos de texto que han sobrevivido razonablemente intactos hasta ahora no han revelado ningún objetivo claro.