Los desechos pre-consumo son materiales que ya han pasado por la fábrica de papel, y que han sido rechazados antes de estar preparados para el consumo.
Los desechos post-consumo son materiales de papel ya utilizados que el consumidor rechaza, tales como viejas revistas o periódicos, material de oficina, guías telefónicas, etc.
Cualquier escrito o coloración del papel se debe primero retirar mediante decoloración.
La Administración para la Información sobre la Energía afirma que se reduce un 40% de energía cuando el papel es reciclado con respecto a cuando se fabrica con pasta no reciclada,[8] mientras que la Oficina Internacional de Reciclaje (Bureau of International Recycling, siglas BIR en inglés), sostiene que la reducción es del 64%.
[13] La incineración del papel ya usado es una opción que normalmente se prefiere a la del vertedero, dado que de esta forma se genera energía útil.
Los materiales orgánicos, incluido el papel, se descomponen en los vertederos, aunque en algunas ocasiones lo hacen lentamente y liberando metano, un potente gas de efecto invernadero.
Muchos grandes vertederos reúnen este metano para utilizarlo como biogás combustible.
Existe controversia en cuánta energía se ahorra por medio del reciclaje.
Sostiene que las comunidades empiezan a ahorrar dinero cuando el reciclaje es sustitutivo del sistema de eliminación de residuos tradicional, más que cuando lo añaden a la eliminación habitual.
En un artículo de 1996 del New York Times, John Tierney argumentaba que cuesta más dinero reciclar la basura de Nueva York que disponerla en un vertedero.
El economista liberal Steven Landsburg, autor del escrito titulado Por qué no soy un medioambientalista,[19] afirma que el reciclaje de papel reduce en realidad la población forestal.
Por el contrario, una pequeña demanda de papel nos lleva a bosques más maduros.
[20] Argumentos similares expresó en un artículo de 1995 a favor del mercado libre.
Los bosques granja no pueden reparar el suelo tan rápido como los vírgenes, causando la erosión del suelo y por tanto de los bosques, y necesitando con frecuencia fertilizantes para mantenerse, además de contener menor biodiversidad que en los vírgenes.
La deforestación se produce principalmente por la presión demográfica, que demanda más tierras para la agricultura y la construcción.
Las prensas más nuevas pueden correr a velocidades de 90.000 copias por hora (según la asociación industrial IFRA).