[3] El 3 de febrero, una ciudadana letona que vivía en Wuhan fue evacuada en un avión del gobierno francés y llevada a París, donde quedó en cuarentena durante 14 días antes de poder partir hacia Riga.
[11][12] Ilze Viņķél, ministro de la Salud, evaluó la preparación del país con nota ocho sobre diez.
Todos los infectados habían retornado recientemente del norte de Italia.
[19] El mismo día, Kariņš anunció que, a partir del 17 de marzo, los viajes internacionales estarían prohibidos; sin embargo, eso no afectaría a viajes privados a la Unión Europea, tanto para retorno de ciudadanos como para el flujo de mercancías.
Además, todos los eventos públicos estarán prohibidos y las reuniones no pueden exceder de 50 participantes.
[23] En abril se sucedieron numerosas acciones políticas en respuesta a la crisis.
A dicha flexibilización se añadieron también los cambios en la autorización de ayudas públicas, ya que la normativa permitió otorgar hasta 800.000 euros por compañía en forma de subvención directa o ventajas fiscales.
Este impulso se integró con varias acciones institucionales de las semanas anteriores, y sirvió de base al plan recuperación económica (Next Generation EU) presentado por Von der Leyen la semana siguiente.
[28] Hasta entonces, Merkel —quien ocho años antes, en el punto más álgido de la crisis del euro, aseguró que no habría eurobonos «mientras yo viva»[29]— se había opuesto a la propuesta de Macron para crear un fondo que obligaría a los 27 a aumentar la deuda de forma conjunta.
[30] En el plano internacional, durante el mes de mayo la Comisión lanzó la "Respuesta mundial al coronavirus", una acción que perseguía el «acceso universal a vacunas, tratamientos y tests de coronavirus asequibles».