Hay cierto debate sobre el auténtico origen del pan cubano, reclamando tanto Miami como Tampa (en Florida) la elaboración de la mejor variedad.
[4] La Joven cerró en 1973,[2] pero pronto fue renovada y convertida en el Museo Estatal de Ybor City, convirtiéndose en la parte principal del complejo museístico.
[7] Al principio la masa se estiraba para hacerla durar, creando las distintivas burbujas y forma alargada del pan.
El pan cubano debe comerse poco después de hornearse, ya que tiende a endurecerse rápidamente.
(En Ybor City se decía que pasadas 24 horas el pan cubano solo sirve para empanar una croqueta de jaiba.)