Palacio del Conde de Buenavista

En 1843 Santa Anna eligió la casa para pasar el verano, por lo que fue lujosamente amueblada y arreglada con cargo al erario público, sin embargo, después de esa temporada, la casa volvió a caer en el abandono, para después ser vendida a otros propietarios.[2]​ El mariscal Bazaine habitó la casa hasta su salida del país y esta volvió a ser propiedad de la nación, según había especificado Maximiliano al obsequiarla.[2]​ El general Rincón Gallardo aceptó la casa como pago y se la vendió al Sr.Al morir don Francisco Iturbe quedó como heredera universal a su esposa Dolores de Atristain y Berazueta, quien cedió la casa a su hija Dolores de Yturbe,[1]​ -que había contraído matrimonio con Juan Antonio Béistegui-.Destacan en el interior del edificio el famoso patio oval y las escaleras.
El patio del palacio, cuando fue sede de la Compañía Tabacalera Mexicana