Data del siglo XVI y lo más característico es la impresionante colección de mosaicos romanos, que pavimentan prácticamente toda la planta baja, por lo que es considerada la "casa-palacio mejor pavimentada de Europa".
En la planta alta se muestran las estancias mantenidas tal como vivía la familia, hasta que falleció el último Conde de Lebrija en 1999.
En esta planta se exponen asimismo los objetos comprados por la condesa durante sus viajes.
La planta baja se utilizaba durante el verano y la alta en invierno.
En 1999, los descendientes de la condesa y propietarios actuales decidieron abrir la casa al público como museo, desde entonces se puede visitar la planta baja libremente y la planta superior, donde se encuentran las estancias familiares, con guía.