En 1776, Manuel de Amat y Junyent, marqués de Castellbell, volvió a Barcelona con una gran fortuna, tras cesar en su cargo como virrey del Perú, que había desempeñado desde 1761.
Los planos ya existían en el año 1770, pero no se conoce con certeza quien los diseñó, siendo atribuidos a Josep Ausich.
También intervino el escultor Francesc Serra, que murió en la obra.
En esas fechas el entonces alcalde Pasqual Maragall firmó con el barón Thyssen un convenio para depositar parte de dicha colección en la ciudad condal.
Hay un interesante patio interior con doble escalinata desde donde se contemplan los grandes ventanales de los salones, enmarcados con pilastras estriadas y paneles ricamente esculpidos.