Su origen se estima en la primera mitad de una secuencia marina del Mioceno superior.
Sus características más notables son la dureza, que permite tallarla bien, una absorción muy baja y una alta resistencia a la compresión.
Los trabajadores dedicados a sacar la piedra son llamados trencadors.
Los bloques se manejan con palancas, haciéndoles dar vueltas y subiéndolos a través de rampas.
La piedra de Santañí ya era bien conocida en la Antigüedad (se han encontrado urnas funerarias y lápidas romanas).