Palacio de Eggenberg

A primera vista, el palacio de Eggenberg se presenta como una construcción uniforme del siglo XVII.

Sin embargo, gran parte del edificio data de la Edad Media, continuando con la construcción en la era moderna.

Sería lo que actualmente se conoce como Primer Ministro,[6]​ siendo cercano y confidente personal de Fernando II, Hans Ulrich quería tener una casa grandiosa que representara su nuevo estatus y autoridad al ser nombrado como Gubernator (Gobernador) de Austria interior, luego de que el emperador eligiera a Viena como la capital del Sacro Imperio Romano Germánico.

[10]​ Bajo el dominio del príncipe Johann von Eggenberg, el techo fue revestido por casi 600 pinturas en las salas de la planta principal, llevándose a cabo en tan solo siete años.

La segunda planta contiene 24 cuartos dispuestos en forma de anillo que simbolizan las horas en un solo día.

Cada planta del edificio descubre exactamente 31 habitaciones contando el número máximo de días en un mes calendario.

El palacio se construyó sobre una planta rectangular con el centro geométrico formado por la torre central con su capilla gótica.

Las pinturas de Weissenkircher combinan la arquitectura con la ornamentación del palacio, para emular una "Edad Dorada" siendo regida por la Casa Eggenberg.

El techo posee un marco de estuco que se remonta, como su primera época, al siglo XVII.

Johann Leopold, el Conde de Herberstein, permitió que todo el jardín fuera reformado al estilo francés.

[11]​ Laberintos, senderos rectos, fuentes y patrones jerárquicos, todos debieron ceder ante el llamado del "regreso a la naturaleza" de Jean Jacques Rousseau.

Esto tuvo desafortunadas consecuencias hacia los elementos individuales del jardín, convirtiéndose en un parque más de la ciudad.

Esta recuperación juega con el antiguo sistema planetario, que es de vital importancia en el Schloss Eggenberg.

Mercurio en el Planetensaal .
Estilo inglés en el Jardín Eggenberg.
Pavo real en el palacio de Eggenberg.
Vista aérea del Jardín Planetario.