El palacio fue mandado construir por la familia de Medinaceli y es el primero que rompe con la anterior tipología (protorrenacentista) concibiéndose como un edificio puramente renacentista.
Manuel Gómez-Moreno apunta una fecha más temprana, avalada por la información documental, situándolo en 1492, como patrocinio de Luis de la Cerda para residencia del joven matrimonio compuesto por su hija y el Gran Cardenal.
En ese sentido, resulta interesante la teoría que se apunta en “Los Grutescos en la arquitectura española del Protorrenacimiento”, obra de Margarita Fernández Gómez.
La reinterpretación del plano de Filarete para la sucursal bancaria medicea de Milán, como en cualquier edificio renacentista español anterior a Carlos V, resulta una apresurada adaptación del plano a las formas locales.
Sin embargo, las ventanas divididas por maineles y el uso reiterado de cresterías, denotan cierta influencia del gótico.