Palacio de Augustín-Zulueta

La baja se abre al exterior a través de balcones con dintel arquitrabado sobre ménsulas.Como remate del volumen cúbico encontramos una balaustrada, resaltada en el centro de cada paño y en las esquinas.Esta balaustrada trae recuerdos de las cresterías góticas, interpretando, a modo del siglo XX, los pináculos.En el piso superior, el centro del cuadrado se encuentra abierto en doble altura mediante una balconada de forja y madera muy trabajada.En planta baja, y ocupando doble altura, se encontraba la capilla, profusamente decorada con madera.El diseño neutro, ayudado de la vegetación y arbolado existentes, hace que el citado añadido pase completamente desapercibido.Posteriormente el museo ha sufrido varias rehabilitaciones, todas ellas ejecutadas con gran respeto al inmueble, por lo que, a pesar de las adaptaciones funcionales realizadas, se ha seguido manteniendo el carácter del mismo.Se ejecutó una obra de ampliación que no restó protagonismo alguno al inmueble original.Puesto que este pabellón se convierte en acceso principal del conjunto, debe quedar en una posición visible.