Una placa conmemorativa colocada en 1991 señala que este era el lugar donde vivió hasta su muerte.
[1] Aquí estableció Carlos María de Castro su residencia definitiva.
La fachada que da al jardín está rematada por dos torreones a ambos lados.
Posteriormente perteneció al conde de Heredia-Spínola, que lo reformó.
[3][4] Al igual que la Antigua Embajada del Reino Unido en Madrid, edificio adyacente, esta casa palaciega es propiedad del empresario José María Aristrain, accionista de ArcelorMittal.