Se trata de un gran antependio en oro, plata, esmaltes y piedras preciosas (212x334 cm).[7] Los paneles de madera se abrían al público durante las liturgias solamente.[4] Entre ellas hay 526 perlas, 330 granates, 320 esmeraldas, 255 zafiros, 183 amatistas, 175 ágatas, 75 rubíes, 34 topacios, 16 cornalinas, y 13 jaspes.[4] Se piensa, generalmente, que estos no formaron parte originalmente, del altar, pues sus rasgos estilísticos los ubican en el siglo XII, y fueron probablemente saqueados durante la Cuarta cruzada.[10] La sección inferior contiene los esmaltes que narran la vida de san Marcos.[11] También en la sección inferior hay un esmalte representando a Cristo en el centro del altar, y los cuatro esmaltes circulares alrededor de él son imágenes de los Cuatro evangelistas.Hay pruebas de que la cabeza original fue eliminada, y reemplazada con una nueva.[13] Más tarde, oficiales de la iglesia —posiblemente incluso el propio Faliero— decidiera reemplazarla para incluir un halo.