Nacido en Latakia de padres cristianos maronitas, recibió instrucción en Alepo y en el Monte Líbano, alcanzando desde muy joven habilidad más que mediana en los idiomas hebreo, caldeo, siriaco, árabe y turco.
Enfrentamientos y rivalidades dentro de su orden con el padre Thomas Hakim, conocido en Europa como Thomas Médici, impidieron su promoción y lo forzaron a emigrar a Roma en 1755 con el beneplácito del general de su orden Abraham Asaf, por orden del Patriarca de Antioquía Simón Evodio, acompañando a unos muchachos que venían a educarse en el Colegio Maronita de Roma; el propio Patriarca le concedió licencia para permanecer en Europa, vestir la sotana sacerdotal e ingresar en alguna orden religiosa si le convenía; le acompañaban además un presbítero de nombre Joseph y el seglar Elías Assemani, sobrino del conocido maronita Joseph Assemani, prefecto de la Biblioteca Vaticana.
Tres años estuvo Hodar en casa de Pizzi, en los cuales se ocupó en copiar el tratado apócrifo y en escribir dos obras, una sobre arte árabe y otra sobre las partículas de esta lengua, que Pizzi hizo pasar por suyas "sin que yo me quejara", declaró el mismo Hodar en su Autobiografía, escrita para la instrucción del sumario por la falsificación; le pidió además Pizzi que tradujera el tratado botánico de Ibn al-Bayțār, a lo cual ya se negó Hodar en redondo, a pesar de que Pizzi había pedido una subvención para hacerlo.
Además tenía otros problemas: el vicario no reconocía sus papeles en España para permanecer en la diócesis ni lograba por esta circunstancia trabajo en la Biblioteca Real; hasta que se enteró del asunto el gran arabista maronita Miguel Casiri, también copista de árabe en la Biblioteca y muy influyente gracias a sus amigos ilustrados, pero contra quien le había indispuesto Amón; Casiri desenredó las intrigas de Amón, demostró a Hodar que no tenía nada que ver en sus problemas y se ofreció a protegerlo frente a Pizzi, Amón, el vicario, el obispo y los demás.
Diez años, pues, pasó en Madrid Hodar ayudando a Casiri, no sin tener que luchar contra las intrigas de Amón, quien difundió insidias como que era clérigo apóstata y fugitivo, ayudado en ellas por Pizzi y Domingo Muscat, más conocido como Faustino Borbón; pero Casiri y sus protectores deshicieron todas esas artimañas y logró beneficios para su protegido y colaborador como conseguirle el cargo de escribiente de árabe en la Real Academia de la Historia en 1768 con doscientos ducados de sueldo.