Este proceso se vio favorecido por la importancia que adquirió como centro de peregrinaje el cercano santuario mariano de Svatá Hora ("Montaña Santa"), en el que se construyó, entre 1658 y 1709 un impresionante monasterio barroco.
Desde finales del siglo XVI se desarrolló en la ciudad una importante actividad minera de oro y plata, que dio lugar a un importante desarrollo demográfico, económico y cultural, favorecido por su designación en 1579 por el emperador Rodolfo II como "real ciudad minera", administrada directamente por un funcionario real.
Este desarrollo adquirió un especial impulso a partir de fines del siglo XVIII, y llegó hasta las primeras décadas del siglo XX.
El incendio de la mina Santa María (Marianský důl) en 1892 fue una gran catástrofe, que causó 319 muertes.
En 1950 Příbram se fusionó con la cercana ciudad de Březové Hory.