Los oxalatos son sales o ésteres del ácido oxálico.
Se trata de sustancias habitualmente muy incoloras, reductoras y tóxicas; son tóxicas debido a que una vez absorbidas en el tubo digestivo se unen a los iones de calcio formando el oxalato de calcio, CaC2O4, una sal muy poco soluble.
De esta manera, por una parte se elimina el calcio como elemento esencial del organismo, y por otra parte se cristaliza formando un cálculo que puede obstaculizar los conductos renales.
Las piedras renales también suelen estar formadas (al menos en parte) por oxalato cálcico.
Frente a cationes polivalentes, el ion oxalato suele actuar como ligando quelante.