Otoscopio
La exploración del oído permite, a veces, averiguar la causa de algunos síntomas como el dolor o la pérdida de la audición, así como hallar cuerpos extraños en el conducto auditivo.Los médicos utilizan otoscopios para la detección de enfermedades, y para investigar los síntoma que afectan a los oídos.Es importante apoyarse sobre la cabeza del paciente, mediante la colocación del dedo índice o el dedo meñique sobre su cara, para asegurar la estabilidad de la mano que sostiene el otoscopio y evitar lesiones en el conducto auditivo externo.[4] En muchos modelos, la lente se puede quitar, lo que permite al examinador introducir instrumentos dentro del conducto auditivo externo, a través del otoscopio, como por ejemplo para la eliminación de cerumen.Algunas de las enfermedades que pueden ser diagnosticadas mediante un otoscopio son: otitis media, otitis externa, otoesclerosis, perforación timpánica, hemorragia ótica, tapón de cerumen, cuerpo extraño en conducto auditivo externo, otomicosis, etc.[6]