Luego de presentar el título «oso polar», se ve a un hombre lavando su automóvil y al mismo tiempo se muestran fotografías de varios niños en una escuela.
Heriberto muestra cierta timidez al reencontrarse con Trujillo, quien tiene un comportamiento un tanto explosivo hacia él.
Entre tanto, Heriberto le cuenta que anteriormente había estado recluido en un seminario, cultivando fresas y viviendo en Guerrero, pero su amigo reacciona indiferente a sus relatos y lo ignora cuando él le pregunta que ha sido de su vida.
Ambos tienen un altercado verbal hasta que el gerente decide sacarla, no sin antes insultarlo llamándolo «pinche indio».
Nuevamente en sus recuerdos, se ve a Raúl contándole que soñó con Dios, y en su sueño este le dio la oportunidad de eliminar a toda la gente mala que sobraba en la tierra.
En eso Heriberto y Trujillo tienen una conversación, donde este último le confiesa que le hubiese gustado casarse con Flor, pero por azares de la vida no pudo porque ella se fue con un excompañero de escuela llamado Luis Andrés.
Flor les dice que están celebrando la «graduación» de Heriberto y lo introduce al grupo.
En un ataque psicótico, Heriberto encierra a Flor y a Trujillo en su coche dentro del garaje de su casa para asfixiarlos con el monóxido de carbono del carro.
Creyéndose que ambos murieron, Heriberto es visto conduciendo su coche para asistir a la reunión escolar.
Cuando Heriberto llega a la fiesta, se reencuentra con Luis Andrés, otro de sus principales acosadores escolares.
Tras esto, Heriberto desiste de sus acciones y se muestra como termina sangrándose las manos por empuñar la navaja con gran fuerza.