Es especialmente conocido por sus caricaturas sociales y políticas rompiendo tabús.
[6] Ambos son conscientes de los retos que implican las historietas políticas editoriales en Oriente Medio.
Las amenazas comenzaron después de que Osama publicara en su periódico (Al Rai) y en Twitter una caricatura en la que quería denunciar la opresión de las mujeres en los países donde se aplica la sharia.
[9] Osama fue obligado -señala su perfil en Caricaturistas por la paz- por su actual empleador, la agencia de publicidad Rubicam & Young Advertising, a firmar una carta en la que se comprometía a no publicar caricaturas sobre religión y política.
Cuando su periódico Al Rai se declaró en quiebra, esta agencia fue su única fuente de ingresos.