[6][7] Oruro se encuentra ubicada a una altitud de 3735 m s. n. m.,[4] siendo también considerada entre las ciudades más altas del mundo.
Poco se conoce de las pequeñas ciudades aymaras del período post-Tiahuanacu y preinca.
Años después los incas llegaron al territorio, y sometieron a los diferentes pueblos aymaras de la región.
En 1568, Diego Alemán formula la primera petición de un yacimiento minero en la Serranía Uru-Uru (actual Oruro).
Hacia la mitad del siglo se habían edificado iglesias y conventos, como los de San Francisco, Santo Domingo, San Agustín, La Merced, La Compañía y un hospital para los enfermos a cargo de los Juandedianos.
En 1678, un empadronamiento establece 75 920 habitantes en la Villa, de los que 37 960 son españoles y criollos; el resto nativos, llegando a ser en este tiempo la segunda ciudad más grande del Alto Perú.
En 1814, se inició la destrucción de la fortaleza, edificio virreinal utilizado como presidio, cuartel, policía; alternativamente por realistas y patriotas.
Situado a una altitud de 3735 metros sobre el nivel del mar, Oruro es conocido por su clima frío.
De mayo a julio, y por la noche las temperaturas combinadas con viento fresco pueden bajar hasta aproximadamente -15 °C.
Pero no solo en Oruro se debería erigir ese monumento, sino también en El Alto, Potosí y Cochabamba.
A diferencia de lo que aconteció en los otros sitios, en la colina del Conchupata se colocó un mástil.
Fue declarado "Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad" por la Unesco el año 2001.
En 2008 la Unesco inscribió al Carnaval en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
Más de 28 000 bailarines y 10 000 músicos repartidos en unos 50 grupos participan del acto, que ha sabido conservar las características tomadas a los misterios medievales.
Museo Simón I Patiño - Casa de la cultura es un edificio de estilo francés, construido entre 1900 y 1913, perteneció al “Barón del estaño” y magnate minero Simón I. Patiño, habitado por su familia hasta 1912.
Además, se le agregan maíz amarillo molido, azúcar, canela en rama y clavo de olor.
Ni las propias aperas saben cuál es su origen o quién se encargó de inventarlo, pero lo único cierto es que Oruro es la cuna de este exquisito alimento, muy apetecido por propios y extraños, e incluso su fama traspasó fronteras, no solo al interior, sino también al exterior del país.
La receta consiste en freír el charki (carne deshidratada) de llama en abundante aceite y muy caliente, hasta dejarla crujiente.
Es la cabeza entera de una oveja (sin quitarle la piel ni ninguna otra parte) cocida en el horno; se come con pan y llajua, preferentemente por la noche o la madrugada.
También suele servirse en plato, si el comensal así lo gusta, complementado con mote de maíz.
Platito ancestral que es la quinua graneada sin sal, el cual se acompaña de queso rallado generalmente.
El año 2001 la Unesco lo declaró Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad; reconociendo así el valor religioso y cultural que expresa esta festividad a través de la música y la danza.
[38] La mayoría de las comunidades pertenecientes a la etnia "Uru" se establecieron en el altiplano boliviano.
Los varones llevan un traje denominado el Tipi o Unku, que consiste en un costal abierto por debajo y por la parte superior pasan los brazos, un pantalón que les llega hasta los tobillos y un gorro tejido de lana.
Se definen a sí mismos los Kot'suñs, Jas-shoni "los hombres del agua", los de sangre negra,[41] para diversos estudiosos reconocidos a nivel internacional tales como Arthur Posnansky, Zecharia Sitchin, Yuri Leveratto, etc., los Urus tuvieron un origen en Oriente Próximo.
Por otra parte el británico Jim Allen ha propuesto una teoría no confirmada basada en descubrimientos recientes y exploraciones en las regiones de Oruro (Pampa Aullagas), en el altiplano boliviano se encontraría la Atlántida[43] perdida relatada por el filósofo griego Platón dadas las características geográficas de la región “una planicie rodeada de montañas” y "situado por encima del nivel del mar".
Tras la conquista y evangelización del Imperio Incaico, los urus trataron de introducir su religión reemplazando al dios Wari (un antiguo dios de los urus) por un semidiós inca denominado en aimara 'Huari' (conocido también como 'el chino supay') y llamaron 'huacas' o 'apus' a las serranías sagradas de los urus en plagas petrificadas por la Ñusta, para así adorar al dios inca Pachacamaj.
Lanzando cuatro grandes plagas: las hormigas, el sapo, la víbora y un lagarto, todos ellos en proporciones de gran tamaño.
Mesopotámico En el planeta, los pueblos antiguos se encontraban de alguna u otra forma conectados entre sí.
Dada la antigüedad de la cultura milenaria Uru, su posible conexión mesopotámica, una civilización tan antigua y aún viva, podría llevar semejante título.