Esta circunstancia iba a permitir escapar al avión enemigo, y si se continuaba la maniobra, podía causar la máxima apertura de la válvula de aguja del carburador, proporcionando una mezcla demasiado rica, lo que a su vez podía provocar la parada del motor.
Los pilotos alemanes podían aprovechar esta circunstancia, picando hacia abajo bruscamente mientras empujaban la palanca de control para dejar el acelerador totalmente abierto.
Basándose en estas pruebas de vuelo, los pilotos estadounidenses idearon tácticas para contrarrestar ventajosamente al caza Zero en combate.
[3] Si bien no resolvió totalmente el problema, el restrictor, junto con las modificaciones incorporadas a la aguja de la válvula del carburador, permitió a los pilotos realizar maniobras rápidas con aceleración g negativa sin pérdida de potencia del motor.
Esta simple medida fue solo un recurso provisional, y no permitía el vuelo invertido durante un tiempo indefinido.
Los problemas no fueron totalmente superados hasta la introducción en 1943 de los carburadores presurizados, diseñados primero por Bendix y más tarde por Rolls-Royce.