Tiene 23 m de alto y se extiende 65 metros dentro del acantilado.
Debido a su forma de oreja tiene una sensacional acústica, haciendo que incluso un pequeño sonido resuene en la cueva.
Según la leyenda (posiblemente creada por Caravaggio), Dionisio usó la cueva como prisión para los disidentes, y por medio de su perfecta acústica escuchaba a escondidas los planes y secretos de sus cautivos.
Otra leyenda espantosa afirma que Dionisio excavó la cueva con esa forma para amplificar los gritos de los prisioneros cuando eran torturados.
El término 'Oreja de Dionisio' puede también referirse a la vigilancia, específicamente la política.