Entre otros elementos, destaca su magnífica decoración, de estilo rococó, en las capillas laterales, cornisas y capiteles.
El oratorio o iglesia de San Felipe Neri es de una nave muy espaciosa, pero también muy corta, pues está dividida en dos estrechos tramos, lo que hace que el eje longitudinal apenas esté marcado.
Tiene pequeñas capillas entre los contrafuertes, y sobre ellas hay unas tribunas que en otro tiempo estuvieron cerradas con celosías.
Esto, junto con la variación que se produce en el alzado, en lo que es el actual presbiterio, con respecto a la nave y a los pies, nos hace pensar si no hubo un cambio en la orientación del edificio, al hacerse cargo de la obra don José Martín, quien, para dar más vistosa entrada a su capilla, colocó el crucero, de ostensiblemente mayor anchura, en el lado norte, y, por consiguiente, trasladó el presbiterio a esta parte.
En el cuerpo superior hay una ventana, enmarcada por pilastras que quedan voladas y por un entablamento levemente incurvado.