Operaciones navales sobre Guayaquil y el Callao

El almirante Manuel Blanco Encalada, al mando de la Escuadra chilena, se había mantenido en El Callao mientras duraban las negociaciones para evitar la guerra.

Habiéndose declarado ésta, comenzó las operaciones contra la Armada Confederada Perú-Boliviana, para neutralizar la armada confederada para que Chile obtuviera el dominio absoluto del mar y así dar paso a la campaña terrestre.

Allí se encontraba al ocurrir la sorpresa del Aquiles en Callao: la noche del 21 de agosto, el bergantín "Aquiles" tomó control de la barca "Santa Cruz", el bergantín "Arequipeño" y la goleta "Peruviana", anclados en el Callao.

La escuadra confederada contemplaba concentrar sus buques en Guayaquil a salvo de sorpresas y donde completarían su alistamiento.

El 30 de octubre la escuadra recaló frente a Callao, fondeando esa noche fuera del puerto.

Como esta contienda epistolar iba para largo, y la escuadra confederada debería estar concentrada en Guayaquil, Blanco decidió dirigirse hacia allá con sus buques, previo acuerdo con el Ministro Egaña.

Blanco Encalada siguió con el Valparaíso y el Aquiles hacia Guayaquil, para desembarcar allí a don Ventura Lavalle, nombrado plenipotenciario chileno ante el Gobierno de Ecuador.

La vigilancia de Díaz en Puná se prolongaría hasta febrero del año siguiente.

Después de un corto cañoneo, la goleta "Yanacocha" se vuelve al puerto El Callao para refugiarse bajo los cañones y el bergantín "Aquiles" intenta su persecución.

Ya habían pasado casi tres meses desde que la Monteagudo y el Orbegasa iniciaran su vigilancia en el golfo de Guayaquil.

Esto motivó una queja de Morán al gobernador ecuatoriano, y Díaz regresó a su fondeadero en Puná.

Durante dos días los buques peruanos estuvieron efectuando falsas maniobras para engañar a Díaz.

El 15 de febrero Simpson llegó a Guayaquil, pasando por Ancón, y buscando al "Congreso", que según noticias dadas en Callao habría escapado.

Sin embargo, a las 4 de la tarde del mismo 15 apareció el transporte Napoleón, Díaz posterga la rebusca y se reabastece fondeando frente a Punta Arenas en el extremo sureste de la isla.

Simpson resolvió regresar a Chile, dejando por un tiempo más al Orbegoso en espera de correspondencia oficial desde Quito.

Los buques tomaron rumbos distintos: el bergantín "Orbegoso" se quedó frente a Guayaquil.

El 24 de febrero zarpó la Monteagudo, escoltando al Napoleón en viaje directo a Talcahuano.

El 25 zaró el Aquiles y el Arequipeño, con destino a Valparaíso, donde fondearon el 15 de abril.

El plan chileno contemplaba el control absoluto del mar, y ahora, después de esta costosa campaña marítima para neutralizar la escuadra confederada que estaba en Guayaquil, esta había huido al puerto del Callao, lugar donde un ataque era imposible.

Con la retirada chilena, los buques confederados quedarían libres, y así podrían lanzar ataques futuros.

Es notable que en esta primera campaña de la guerra, el teatro principal de operaciones marítimas haya estado situado en aguas territoriales neutrales, hecho que limitó principalmente a los chilenos.

Esta fue la última guerra naval en el sur del Pacífico librada exclusivamente con veleros, es decir usando tecnología anterior a la Revolución Industrial.

El almirante Manuel Blanco Encalada fue quien llevó a cabo las operaciones navales para neutralizar a la armada confederada.