Con el tiempo, logró expandir su influencia hasta convertirse en un actor clave dentro del narcotráfico penitenciario, rivalizando con el Primeiro Comando da Capital (PCC).
Grupos armados irregulares comenzaron a ejercer control territorial, lo que derivó en un aumento de la violencia, con ataques armados, asaltos, homicidios y disputas entre pandillas por el dominio de las rutas del narcotráfico.
[2] Previo al amanecer, se reportó que varios agentes penitenciarios fueron tomados como rehenes por internos armados con armas blancas.
La veracidad de la situación fue confirmada mediante material audiovisual captado por un recluso desde el interior del penal y difundido en redes sociales.
Paralelamente, comenzaron a circular en plataformas digitales grabaciones de los enfrentamientos, algunas con contenido explícito.