En la mitología griega (griego antiguo νεράιδα neraida, 'ondina'), se llamaba ondinas a las ninfas acuáticas náyades de espectacular belleza que habitaban en los lagos, ríos, estanques o fuentes al igual que las nereidas, mitad mujer y mitad pez.
Como castigo, su abuela la condena a amar por siempre al joven noble.
Este, cansado de ella, finge creer que esta le ha engañado con otro.
Tras tres días de marcha llevando ese enorme peso, Ondina cae exhausta al agua mientras rellena el jarrón.
Igualmente, en la actualidad existen variedades de leyendas, cuentos o hasta maldiciones.