Debutó en la televisión con la telenovela Almas solitarias, por Panamericana Televisión, y posteriormente se hizo más conocida por protagonizar la primera versión de Natacha y por su rol de Chabela Pampañaupa en la serie televisiva Al fondo hay sitio.
En secundaria, Luis Álvarez, que dirigía el grupo teatral del Colegio Guadalupe, pidió chicas para que actuaran y fue a colaborar con ellos.
Fue su primer trabajo en una obra profesional, Todos eran mis hijos, de Arthur Miller.
Como alumna de San Marcos, se inscribe en el taller de teatro, haciendo dos o tres obras hasta que vino otro director, Guillermo Chamorro.
Viaja luego a Estados Unidos y es llamada para estelarizar la telenovela Natacha en Panamericana Televisión.