Israel alega varias razones para mantener el control sobre Cisjordania, incluyendo reclamaciones basadas en derechos históricos, razones de seguridad y el profundo valor simbólico que el área ocupada tiene para los judíos.
Israel ha establecido, de manera controvertida y en violación del derecho internacional, numerosos asentamientos judíos en toda Cisjordania.
El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas ha reafirmado consistentemente que estos asentamientos son una "flagrante violación del derecho internacional", más recientemente en 2016 con la Resolución 2334 del Consejo.
A Israel se le han atribuido graves violaciones del derecho internacional de los derechos humanos, incluida la pena colectiva, en la administración de los territorios palestinos ocupados.
Los colonos y civiles israelíes que viven o viajan por Cisjordania están sujetos a la ley israelí y tienen representación en la Knesset, mientras que los civiles palestinos, en su mayoría confinados a enclaves dispersos, están sujetos a la ley marcial y no tienen permitido votar en las elecciones nacionales de Israel.