[3] En un principio la formaban sacerdotes diocesanos que hacían dos votos: obediencia al obispo y permanencia en el instituto.
Al no hacer votos públicos de obediencia, castidad y pobreza; ni estar obligados a la vida comunitaria, no se les puede considerar un Instituto de vida consagrada.
[4] Las constituciones de los oblatos fueron redactadas por Agostino Valier y el barnabita Carlo Bascapè.
El cardenal Alfredo Ildefonso Schuster los confió en 1931 la dirección de los seminarios y colegios diocesanos.
[9] La congregación está formada por cuatro grupos de oblatos, llamados familias:[5]