Es el miembro más antiguo conocido de la Casa Obertenga.
En 960, Oberto tuvo que refugiarse en Alemania pero al año siguiente el papa Juan XII pidió al emperador Otón I de Alemania que le protegiese de Berengario II.
Otón tomó en control de Italia y reorganizó la administración del sureste de Italia dividiendo el territorio en tres marcas que tomaron el nombre de sus adjudicatarios: la marca Aleramica fue adjudicada al conde Aleramo de Montferrato, la marca Obertenga al conde Oberto I y la marca Arduinica fue para Arduin Glaber.
De este modo Oberto pudo regresar a Italia con su título de conde palatino más que ratificado.
Oberto tenía bajo su control las ciudades de Génova, Milán, Luni, Tortona, Parma, y Piacenza.