Osni

Por su supuesta naturaleza o su posterior evolución en el aire suele asociarse con ovnis (objetos voladores no identificados).

[2]​ En España, su supuesta existencia se ha relacionado con dos conjeturas formuladas por la madrileña Beatriz Gato-Ribera, según las cuales la Tierra podría estar siendo observada por una civilización más avanzada, que no desea contactar con los seres humanos, pero a pesar de no querer ser detectada ―ocultando sus señales y habitando bajo mares y lagos para pasar desapercibida―, no es tan avanzada como para lograrlo.

Tampoco los informes militares sobre posibles detecciones submarinas pueden ser muy precisos, ya que lo impide la naturaleza del medio acuático.

Sin embargo y al igual que con los sucesos aéreos, no hay ninguna prueba de su existencia.

Según la definición estos avistamientos requerirían la existencia previa de un ovni o varios, a quienes se les atribuye un origen extraterrestre mayoritariamente.

Pero dicha estadística presenta un problema: Ricardo Campo advierte que las estadísticas manejadas por muchos ufólogos no pueden ser tenida por fiables y menos por consensuadas, ya que la ufología de gran tirada no se caracteriza por su rigor.

Por tanto, las zonas del planeta o los países donde hay más avistamientos desconocidos varían con cada escritor.

[6]​ Como se ha indicado, existe una tendencia que fija su procedencia fuera de la Tierra, sin embargo autores como Torrent Rodrigo (2010, p. 81) no aclaran de qué planeta, satélite, sistema estelar o galaxia provendrían dichos objetos; por lo tanto, la hipótesis extraterrestre no resuelve la incógnita.

No es fácil encontrar una tipología clara y consensuada sobre las distintas formas de los osnis, como sí sucede con los objetos sin identificar vistos en el cielo.

No se han desarrollado investigaciones en este campo similares al Proyecto Signo (1947) o el Proyecto Libro Azul (1952), porque la existencia de los osnis nunca ha sido tenida por un peligro para la seguridad nacional de ningún país.

"[8]​ nuevamente su conclusión es negativa por la misma razón, que los humanos no tratan de contactar con los simios para explicarles cuestiones como las ondas hertzianas.

[12]​ Así pues la cadena argumental sería la siguiente: según la madrileña Beatriz Gato-Ribera la Tierra podría estar inmersa en una o varias civilizaciones galácticas que no desean contactar con la humana y no es posible detectarla por haber enmascarado sus señales.

A estas explicaciones o conjeturas se opone la recogida en el Informe Condon, publicado en los años setenta.

[7]​ Si en el tema ovni se presentan fotos, grabaciones, filmaciones y otros indicios, que no pruebas, en el tema OSNI la inmensa mayoría de los datos se restringen a declaraciones, pese a referencias sobre detecciones por otros medios.

Pese a que se ha cartografiado gran parte del fondo del océano, no se ha encontrado ningún indicio de presencia de osnis. En la imagen, buceadores de la Armada de los Estados Unidos operan un sonar en el mar Rojo .
Ovni
Cualquier fenómeno inexplicado se atribuye a los ovnis. Traza de vapor de un misil en 2008, parecido al ovni de Canarias. [ 3 ]
Buceadores de la Armada estadounidense en el Mediterráneo. Equipos como estos pueden llevar a error sobre la naturaleza de sus portadores, como sucedió en el Caso Conil.