Desde los doce años ya quería convertirse en una gran pintora, en contra del deseo de su madre, que quería un futuro más adecuado para una chica de la alta burguesía catalana.
Tras la guerra retomó los estudios y obtuvo el título oficial que le permitió dar clases durante quince años en esta misma escuela, situada entonces al final de la Vía Layetana.
Es una reconocida paisajista que huyó de las vanguardias y se especializó en pintar el paisaje urbano de Barcelona.
Cultivó la naturaleza muerta, la figura y, especialmente, el paisaje, dentro de un estilo naif constructivo y postimpresionista.
[3] También ha escrito Las brujas (1995) y El crit del silenci (1996), una colección de dibujos en blanco y negro hechos entre 1974 y 1995 que constituyen una crítica social y que van acompañados de textos de escritores como Josep Maria Ainaud de Lasarte, Carmen Alcalde, Federico García Lorca o el político Manuel Azaña.