Nueve cartas a Berta

Nueve cartas a Berta es la primera película de Basilio Martín Patino y se adscribe en lo que se denominó «Nuevo cine español», movimiento renovador que al final no tuvo la continuidad merecida.

El autor paraliza escenas que son instantes legados a Berta, pero también intercala la historia con imágenes costumbristas, como los primeros planos de los rótulos publicitarios.

Primera carta - Sin título Lorenzo lamenta no haber alargado más su estancia en Inglaterra, especialmente junto a Berta: "valoré demasiado esta comida y este sol y estos amigos".

Segunda carta - El rosario en familia Lorenzo describe a sus padres para que Berta los conozca.

Lorenzo le reconoce a Berta que "adaptarse a este tipo de vida es como quedarse un poco muerto", pero está harto "de andar haciendo siempre el ridículo con nuestros trascendentalismos".

Por sorpresa, la prima manda traer a la novia de Lorenzo al pueblo, terminando la pareja besándose sobre la hierba.

Allí, reflexiona sobre el Concilio Vaticano II de Juan XXIII, apertura defendida por Berta y opuesta al nacionalcatolicismo.

Hablar con Dios directamente, sin retórica, pedirle por ti y que nos sirva de comunicación".

Un Lorenzo de resaca es recriminado por su padre por no felicitar al director del banco.

La angustia vital, en oposición a su vida en Inglaterra, provoca que Lorenzo caiga enfermo.

Notablemente recuperado tras un tiempo en la sierra, Lorenzo es felizmente recibido por sus padres, que han adquirido un moderno televisor.

La tercera carta es un lamento ante la incapacidad personal de combatir un régimen dictatorial que el director critica magistralmente.

La cuarta carta realiza una reflexión sobre la posición de los exiliados y emigrados en el extranjero.