[1] La recoleta y bella ermita fue erigida en los primeros años del siglo XVI.
Ya en 1613, la venerada talla presidía su altar colocada en una peana y cubierta por un gran manto de tafetán blanco.
La efigie ya contaba con una corona imperial de plata, así como las potencias del Cristo y de una gran cruz, también del mismo metal.
A la solemne función religiosa, acudieron la corporación municipal, el presidente del Parlamento de Canarias, la presidenta del Cabildo de La Palma, diputados, consejeros del ejecutivo regional y de la corporación insular.
[1] Ocho días después se celebra "la octava" con procesión de la Virgen alrededor del Santuario.