Nuestra Señora de la Consolación de Sumampa
La cara es bonita, muy amplia la frente; la nariz recta, la boca delicada, bien trazada la línea del mentón.Los siglos le han impreso un tinte pálido, medio amarillento, como de marfil viejo.El artista o más bien el simple devoto aficionado, han logrado sin pensarlo tal vez, un acierto feliz en un detalle fácil, en los ojos le ha bastado una pincelada tenue, una oblea diminuta y una curva para conseguir una expresión.Muy pronto también la santa imagen fue venerada con el título de Nuestra Señora de la Consolación, bien por una tradición o devoción familiar, bien por empeño o decisión diocesana; ciertamente la Virgen con su llegada había traído a estas tierras consuelo, gozo y paz.Adriano Bernardini, y concelebrada por el obispo de Santiago del Estero, Mons.Después de la bendición de las dos coronas, que fueron hechas con material donado por la comunidad sumampeña, fue coronado el hijo y, en seguida, a la Virgen ante una multitud que saludó con paños y banderas erguidas aquel momento histórico.La corona colocada a la Virgen fue bendecida por el Papa Benedicto XVI, en el marco de la Visita ad limina que los obispos de Santiago del Estero, Mons.Al día siguiente, ya dispuestos a continuar la marcha, los bueyes no consiguieron mover la carreta.El Santuario construido por mano de obra indígena fue refaccionado en numerosas oportunidades y reconstruido por lo menos en 1782 únicamente nos consta que este año estaba arruinado y en estado de no poderse celebrar en él sino lo permitiera la necesidad y no haber otro recurso para el socorro espiritual de los fieles.La fachada modificada en el trascurso del siglo XIX se levanta a ras con el tejado del techo que es en su totalidad de tejas, molduras muy simples que a maneras de jambas y dinteles contornean las aberturas, son reforzadas con guardapolvos curvos sobre las puertas.La agreste tierra santiagueña conserva muy pocos restos de su pasado colonial.