Virgen de Butarque

Al acercarse esta le dijo: "Quiero un templo y un altar".

El molinero se llevó a su casa la imagen de la Virgen y la colocó sobre una mesa para que fuera venerada por los vecinos.

Al día siguiente, 15 de agosto, se lo contó al sacerdote de la iglesia parroquial de San Salvador y, junto con el consejo del pueblo, decidieron trasladar la imagen a esta iglesia.

El molinero gritó estas mismas palabras y su hijo, sorprendido de aquello, salió de casa y se cayó en uno de los pozos poco profundos que había cerca del arroyo.

El molinero pidió ayuda a la Virgen y su hijo salió del pozo milagrosamente sin que le hubiera pasado nada.