Según las normas meteorológicas actuales, la nubosidad se expresa en octas, u octavos de la bóveda celeste.
El principal problema asociado con este método dice relación con que no se pueden hacer mediciones bajo condiciones de visibilidad muy baja (por ejemplo, en caso de niebla) o la dificultad para estimar la correcta cobertura fraccional del cielo por nubes cercanas al horizonte visual.
Gracias a los satélites meteorológicos es posible calcular la nubosidad con mucha más precisión.
La nubosidad es máxima en invierno y mínima en verano.
[2]La nubosidad promedio es de alrededor del 72 % sobre los océanos, con una baja variación estacional, y de alrededor del 55 % sobre la tierra, con una variación estacional significativa.