Nuberu (mitología)

Su apariencia varía en función de la región, pero casi siempre se describen como seres antropomorfos, envejecidos, extremadamente feos, de tez oscura, con boca y orejas grandes y barba poblada.

En Somiedo, Cangas del Narcea, Tineo, San Antolín de Ibias y para los vaqueiros de alzada se le conoce como renubeiru y se le describe como un hombre chamuscado que frecuenta a las brujas.

Sin embargo, muchas de las descripciones retratan al nuberu asturiano como tuerto, lo que le relaciona con el también germano Odín.

También existen versiones del cuento que sitúan su vivienda en lugares lejanos como Egipto.

En esta versión,[7]​ un labrador de Taja acoge al nuberu una noche en su casa.

Es por ello que durante las horas de oscuridad los lugareños encienden cirios y hacen tañir las campanas para ahuyentarlos.

Para evitar sus maldades los lugareños hacen tañir las campanas o recurren al párroco para que conjure.

[8]​[9]​ En otras partes el nubeiru es un gigante fuerte cubierto de pieles generalmente negras.