UU., en lo que define como la jurisdicción más apropiada según el derecho anglosajón, y basa sus argumentos en pruebas científicas ya existentes acerca del autoconocimiento y la autonomía de animales no humanos.
[3] El Nonhuman Rights Project es, en la actualidad, una de las organizaciones benéficas destacadas por la entidad Animal Charity Evaluators.
[4] Fundada por el abogado Steven M. Wise, el Nonhuman Rights Project comenzó en 2007 como un proyecto del Center for the Expansion of Fundamental Rights (Centro para la Expansión de los Derechos Fundamentales, en inglés).
El NhRP sostiene que los animales no humanos de los que se ha demostrado científicamente que son seres autónomos y conscientes de sí mismos, como los grandes simios, los elefantes, los delfines y las ballenas, deben reconocerse como personas jurídicas en virtud del derecho anglosajón de los Estados Unidos, con el derecho fundamental a la libertad física.
"Esta es una campaña a largo plazo, estratégica y de duración indefinida", afirma Wise».
[10] Las reclamaciones legales del NhRP en nombre de animales no humanos en cautividad se basan en parte en el caso Somerset contra Stewart.
Según el NhRP, esta fue la primera vez que se consideró a un esclavo humano como una persona y que se le permitió solicitar y obtener el recurso de habeas corpus,[12] habiéndose tomado la resolución a pesar de no existir ningún precedente en el que se apoyara.
Al comentar la importancia del caso Somerset para el NhRP en un artículo de Charles Siebert en 2014 para el suplemento The New York Times Magazine, Wise señaló: «Una persona jurídica no es sinónimo de un ser humano.
[13]Algunos juristas se han opuesto públicamente a la misión y objetivos del NhRP.
En una entrevista con James Gorman del periódico New York Times después de los primeros juicios de la organización, Cupp añadió: «Para que los casos tuvieran éxito, los tribunales tendrían que ampliar drásticamente el derecho anglosajón existente».
Tiene mucho con que entretenerse: televisión en color, por cable y un equipo de música».
A continuación, señaló como aspecto fundamental que, de acuerdo con fallos anteriores del derecho anglosajón como el del caso Somerset contra Stewart, la autonomía y la autodeterminación son las cualidades humanas que se pretende proteger mediante el recurso de habeas corpus.
[32]El NhRP subrayó que no pretendía que se concedieran derechos humanos a sus demandantes, sino sólo una ligera ampliación del derecho a la libertad física protegido por el recurso de habeas corpus.
Sin embargo, no estoy de acuerdo con su planteamiento sólo en la medida en que el artículo 70 es aplicable a chimpancés.
Le deseo buena suerte con su iniciativa y lamento no poder firmar la orden, pero espero que continúe.
[34]El juez en el caso del Cuarto Distrito de Kiko, S. S. Ralph A. Boniello III, también celebró una audiencia en la que desestimó la solicitud del NhRP, alegando que Kiko no es una persona a los efectos del habeas corpus y declarando que no quería ser el primero en «dar ese voto de confianza».
[34] El juez del caso del Segundo Distrito de Hercules y Leo, S. S. W. Gerard Asher, no celebró una audiencia, sino que desestimó la solicitud de habeas corpus en una resolución escrita basándose en que los chimpancés no se consideran personas jurídicas.
[41][42] En su resolución, el tribunal confirmó el fallo anterior, según el cual no existe ningún precedente para determinar que un animal pueda ser considerado como una persona.
Concluyó además que, de acuerdo con el contrato social, los derechos no pueden estar exentos de obligaciones: «La falta de precedentes para tratar a los animales como personas a los efectos del habeas corpus no pone fin, sin embargo, a la investigación, ya que este recurso ha ido adquiriendo con el tiempo un uso cada vez mayor, dados su gran flexibilidad y su alcance impreciso.
[...] Ni que decir tiene que, a diferencia de los seres humanos, los chimpancés no pueden tener ninguna obligación legal, someterse a las responsabilidades sociales ni ser legalmente responsables de sus actos.
[46] En la audiencia de Kiko los dos asuntos principales fueron: cómo se podía determinar que un chimpancé realmente quería ser puesto en libertad y si un traslado a otro lugar podía considerarse como una liberación del confinamiento, el propósito del recurso de habeas corpus.
Por lo tanto, concluimos que el habeas corpus no se aplica en este caso».
[47] A modo de comentario sobre la sentencia del tribunal, Wise describió lo siguiente en una entrada de blog en el sitio web del NhRP: «Ayer el Cuarto Departamento Judicial ignoró tanto al segundo como al tercero.
[21] Se convocó una audiencia en la que se ordenó a la Universidad Estatal de Nueva York en Stony Brook demostrar por qué Hercules y Leo no debían ser liberados y trasladados al santuario Save the Chimps.
Los tribunales, sin embargo, tardan en aceptar el cambio y a veces parecen reacios a hacer interpretaciones de la ley más atrevidas e inclusivas, aunque sea modestamente hasta el punto de darles mayor reconocimiento.
Este hecho cerró el caso debido a que el tribunal del Estado de Nueva York ya no tenía jurisdicción sobre ellos.
La crítica del NhRP destacaba la existencia de diferentes estrategias para lograr derechos y protección para los animales no humanos.
El juez señaló en la sentencia que «la única interpretación razonable del lenguaje sencillo de la Decimotercera Enmienda es que se aplica a las personas, y no a las no personas como las orcas».
[62] En una entrevista para el blog Earth in Transition, Wise opinó lo siguiente sobre el fallo:«A veces es mejor no hacer nada que hacer algo perjudicial.
Por eso el Nonhuman Rights Project sigue la pauta de ganar a lo grande y, si se pierde, que sea poco.