Cuando desaparece un anciano del barrio, dejando su peluquín como único resto, Ray está cada vez más nervioso y asustado.
Parecen excéntricos, lúgubres y el hijo un poco atontado, pero no encuentran nada que los relacione con la desaparición del anciano.
Dante dijo, "Le pedí al diseñador James Spencer, con el que ya había trabajado en Poltergeist y Gremlins si podría transformar el set en un vecindario típico.
Spencer aceptó en reto y el set estuvo listo en el plazo convenido.
La obra cinematográfica no fue bien recibida por la crítica, pero tuvo éxito taquillero.