En él operaron también civiles del movimiento paramilitar de extrema derecha Patria y Libertad (PyL).
El inmueble fue construido en 1964 y en primer momento perteneció a José Fernández Pérez.
Esto fue notado por los vecinos ya que se empezaron a acumular suscripciones de diarios y revistas.
Luego, el inmueble fue allanado por parte de la Fuerza Aérea a plena luz del día, para finalmente ser ocupado como centro de detención y tortura, denominado Nido 20, el que estuvo en funcionamiento principalmente en 1975.
Además, siempre tenía música a todo volumen para evitar que se oyeran los gritos de los torturados.