Sin embargo, luego de negociar, entregó a su propio hermano menor y a su hijo Ladislao Garai como rehenes para conseguir que el rey fuese llevado al castillo de Siklós, donde él mismo lo custodió.
Al poco tiempo, se formó la Liga de Siklós, acuerdo entre Segismundo y Garai por el que se le aseguraba al rey la Corona húngara y a Nicolás, un enorme poder en el reino.
La Liga de Siklós se reforzó más aún con estos matrimonios, al quedar todas estas familias emparentadas con el rey húngaro.
Segismundo estableció dicha orden reuniendo a sus veinticuatro nobles más leales, comprometiéndolos con el monarca y entre ellos mismos de por vida.
En 1431 viajó a Núremberg con su rey, y desde allí negoció la paz de Hungría con Venecia.
Dos años después lo sustituyó Lorenzo Hédervári, que lo ostentó hasta 1447, cuando fue relevado por Ladislao Garai, hijo de Nicolás.