El tercer jurado, el escritor Jorge Ruffinelli, debió solicitar asilo político en México, donde se encontraba.
[1] No obstante, el cuento continuó circulando por el país en ediciones clandestinas.
Tras su liberación, se exilió en Suecia, y luego en España, donde residió hasta su muerte.
Al año siguiente publicó El guardaespaldas y otros cuentos, recopilación de cuentos encabezada por el ganador del premio de Marcha siete años antes.
En sus últimos años se mantuvo retirado, ya que estaba aquejado por el mal de Alzheimer.