Los gases expulsados por la estrella aparecen desde nuestra perspectiva como si viéramos una hélice desde arriba, de donde proviene su nombre.
Observaciones con rayos X proporcionan evidencia sobre la existencia de una estrella acompañante.
Además, el disco interior se está expandiendo algo más rápido que el exterior.
A pesar de su gran tamaño aparente, es un objeto difícil de ver debido a su difusión, requiriendo cielos oscuros y el uso de instrumentos lo más luminosos posible, como unos prismáticos o un telescopio funcionando a bajos aumentos.
Un filtro nebular acoplado al ocular del telescopio puede ayudar bastante a su observación.