Pertenece al partido judicial de Ciudad Rodrigo y a la mancomunidad Alto Águeda.
[4] Su gentilicio es navasfrieño, también navasfrieñu en el habla local del extremeño, derivado del idioma leonés, nafrieñu según los vecinos valverdeirus, mañegus y lagarteirus hablantes de la fala o pataterus según los habitantes de algunos otros pueblos próximos.
Navasfrías es un espléndido muestrario vegetal como corresponde a uno de los puntos más lluviosos del país.
El término es un riquísimo reservorio de fauna pese a la presión generada por la caza abusiva, los insecticidas, la mecanización del campo y otros factores.
El carácter montañoso y la riqueza forestal son determinantes en esta afortunada conservación.
Pueden tropezarse sin dificultad los especímenes que se citan entre otros muchos: lagartija serrana, lagarto ocelado, lagarto verdinegro, culebra bastarda, víbora ibérica, eslizón, águila real, águila perdicera, gavilán, milano, cuervo, arrendajo, grajilla, búho real, lechuza, gato montés, comadreja, gineta, zorro, jabalí, rana común, sapo común, sapo carero, mirlo acuático, polla de agua, ánade real, pico picapinos, grulla, sisón, mantis religiosa, ciervo volante, saltamontes, langosta, insecto palo.
[7] En ríos como el Águeda, Roladróno el Rubiós se encuentran pepitas de oro que pueden obtenerse mediante el bateo.
El término Nava que figura en el compuesto Navasfrías es sin duda prerromano, pero no nos dice nada acerca de la antigüedad del asentamiento.
Podemos estar seguros de que estas tierras fueron dominadas por los antiguos wetones pero no conservamos testimonios ni documentales ni arqueológicos para épocas anteriores a la Edad Media.
Esta calzada atraviesa la sierra al pie de Jálama (puerto de Santa Clara) y al río Águeda en el puente romano del El Villar, aún en pie.
Era esta la vía natural de comunicación entre el Norte y el Sur peninsular por el Oeste hasta el siglo XIX.
San Julián del Pereiro quedó reducida a una simple encomienda de la orden.
Siete años más tarde este rey leonés aprueba el fuero que concede Navasfrías a la orden.
[8] Hacia mediados del siglo XIX, la localidad tenía una población de 820 habitantes y unas 180 casas.
Pero cuando se inicia la guerra, Alemania crea un servicio para hacerse con el wolframio español.
En Navasfrías se conoce este momento de euforia económica repentina como La primera mina.
Con la llegada del mercado común y el fin de la frontera el contrabando desapareció.
[11] La deuda per cápita teniendo en cuenta el padrón de 2009 equivale por tanto a 449,33 euros por navasfrieño.
Buena parte del folclore y de las costumbres tradicionales han desaparecido o están en decadencia.
Una buena oportunidad para tomar contacto con el modo de vida tradicional es la visita al museo etnográfico donde siempre es posible trabar conversación con algún paisano que se preste a revivir el uso y las costumbres asociadas a los objetos allí expuestos.
Las fiestas se celebran en honor a San Juan el día 24 de junio.
Durante esos días es tradición la celebración de festejos taurinos con sus respectivos encierros y desencierros a caballo.
Como gastronomía tradicional se puede citar el tostón, el gallo con arroz y el chorizo asado.
Ha sido magistralmente estudiada y descrita por Ángel Iglesias Ovejero en su tesis doctoral "El habla del Rebollar", editada por la Diputación de Salamanca.