Esta presencia abundante de agua y la fertilidad que proporcionaba a la tierra, dio lugar a la aparición de casas, cortijos y heredamientos, que con el tiempo algunos se convirtieron en pequeños asentamientos humanos, estables, como Pozo Hondo, la Nava del Pilar o la Nava el Aimez que, al fin y al cabo, comparten una Historia común.
al permitir su identificación entre los transeúntes, es adoptado como nombre propio, como es el caso que se trata, la NAVA EL ALMEZ, debido a la existencia de una laguna y un almez en la proximidad de la sierra del mismo nombre, Sierra el Aimez, así llamada también, ¡tal vez, porque en ella abundase más esta especie de árbol!
En nuestra región es más conocido como melmez, mermés y chilindronar).
En el siglo XVI, este espacio entre sierras era conocido por la Hoya de los Pozos, y la Nava el Almez, en realidad era un abrevadero, junto al cual había además un aljibe viejo, probablemente de origen árabe (cultura largamente extendida en estas tierras y durante la cual pudieron estar habitados ya estos pequeños núcleos de población y, probablemente, despoblados con las campañas bélicas, sobre todo, cristiano-musulmanas); el lugar lo atravesaba una vereda ganadera que iba desde la Hoya de los Pozos hasta Pozo Rubio, la cual venía desde el Pozo Hondo, vereda que se tomaba entre la Sierra del Pilar y la Sierra el Almez, al camino entre Hellín y las Peñas de San Pedro, que comunicaba con la cañada y rada de la viña (Este vocablo podía emplearse para señalar los parajes que estaban al abrigo de los vientos), de donde salían otras veredas y sendas ganaderas, comunicando con majadales como el de Judarra (donde los pastores guardaban los ganados por la noche), y con otros pozo y lavajos aprovechados también por ganaderos y agricultores.
Alrededor del recinto en varias hornacinas y pequeños retablos, distintas imágenes adquiridas por suscripción popular o a título particular por la familias adineradas.
Todo esto descrito de una manera sencilla, tal y como es la Iglesias Parroquial.
Cueva de la encantaSe encuentra a unos pocos kilómetros del pueblo siguiendo el camino que hay tras el cementerio viejo.
El arte urbano ha encontrado su lugar en las calles de este pueblo, contribuyendo a su identidad y atracción turística.
Este juego, que cambia de personajes e historias anualmente, inspiró una obra que rinde homenaje a las historias a las que se les ha dado vida y al evento, siendo muy bien recibido por los vecinos.Animados por el éxito de este primer mural, pintaron posteriormente un cartel de bienvenida al pueblo y un mural en honor a un olmo centenario que se secó en 2024.
La iniciativa no solo ha dado color y vida a las calles, sino que también ha fomentado la participación comunitaria.
Esta ruta puede hacerse a la aventura, recorriendo las calles intentando encontrar todos los gatos, perros y murales o seguir la ruta planificada disponible en wikiloc : https://es.wikiloc.com/rutas-a-pie/ruta-de-los-gatos-y-murales-de-nava-de-abajo-188407636 Impacto en la Comunidad Tanto los murales como la "Ruta de los Gatos" han tenido un impacto significativo en Nava de Abajo, no solo embelleciendo el entorno urbano, sino también reforzando la identidad del pueblo y su cohesión social.
Además, estas iniciativas pueden colaborar a atraer a turistas y amantes del arte, convirtiendo al municipio en un ejemplo de cómo el arte comunitario puede transformar espacios públicos y fortalecer el sentido de pertenencia.