[2][3] Según Apolodoro Nauplio vivió largos años; recorriendo el mar solía atraer con antorchas a los que encontraba, para matarlos.
Este la entregó a Teutrante, príncipe de Teutrania, que la hizo su esposa.
[5] Se dice que cuando los griegos avanzaban hacia Eubea por la noche, Nauplio encendió antorchas en el monte Cafereo.
Al saberlo Nauplio se había dirigido a los helenos para pedirles cuentas de su hijo.
[7] Pero volvió insatisfecho, pues todos complacían al rey Agamenón que era cómplice de Odiseo.
[8] Tales fueron las primeras maquinaciones de Nauplio, pero más tarde, enterado del regreso de los helenos a su patria, prendió antorchas en el monte Cafereo, llamado ahora Xilófago; entonces los griegos se acercaron allí tomándolo por un puerto y naufragaron.
[11] Los tres trágicos por antonomasia, esto es, Eurípides, Esquilo y Sófocles, escribieron varias tragedias sobre Nauplio, todas ellas llamadas Palamedes.