Narrativa esclavista

Las narrativas esclavistas fueron producidas por primera vez en Inglaterra en el siglo XVIII, pero pronto se convirtieron en la base de la literatura afroamericana.

Libros como el popular La cabaña del tío Tom (1852) representaron la visión abolicionista de los males de la esclavitud, mientras que las llamadas novelas anti-Tom, escritas por blancos y escritores sureños como William Gilmore Simms, supusieron el prototipo en defensa del sistema esclavista.

Los trabajos más destacados son: Tras la victoria de la causa abolicionista en el sur confederado estadounidense, las narrativas perdieron su urgencia y se tornaron menos interesadas en convenir los males de la esclavitud.

En esto, el énfasis apuntaba más al progreso personal que a la causa liberal.

Su forma era distinta, ya que subrayaban el salvajismo de sus amos islámicos, mientras que las afroamericanas apelaban a sus propietarios cristianos y a buscar la mediación del sufrimiento por la fe.