Narciso (en catalán: Narcís) fue un obispo de Gerunda (hoy Gerona), martirizado junto al diácono Félix en el siglo IV.
Se instaló en Augsburgo, donde convirtió a la prostituta Afra y otras mujeres de su burdel.
Huelga decir cuál sería el asombro del buen menestral cuando vio salir de un agujero de la caja un numeroso enjambre de moscas de todos colores que emprendieron la dirección del campo francés donde con sus punzadas venenosas causaron una tan gran mortandad, que obligaron a la resto del ejército a levantar el asedio ante el gran daño que se había producido y del que resultó víctima incluso el propio rey francés (9).
Otra leyenda relacionada con las moscas dice que en 1653 estaba afincado en Valencia un francés de oficio carpintero el cual tenía como soltero un gerundense.
Accedió el gerundense a la impertinencia, y al ser de regreso recordó lo que maliciosamente le había pedido su patrón.
El francés le destapó, salió la mosca, fue picado en la mano y cayó como tocado por un rayo.
San Narciso fue nombrado oficialmente Protector y Patrón de Gerona en 1387 sustituyendo al que lo había sido hasta entonces, Sant Feliu.
La historia nos cuenta que, a finales del año 304 de nuestra era, San Narciso llegó a Gerona con su diácono San Félix, y al principio del año 305 fijó Gerona como su residencia episcopal.
San Narciso huyó de la casa del Pou Rodó 5 saliendo por la ventana, pero se le ocurrió dejar una huella en el sentido inverso; es decir, como si entrara en la casa y no como si saliera de ella.
En esta última, se celebran en su honor las fiestas mayores de la ciudad y su comarca.