El atractivo principal está constituido por ocho extraordinarios sarcófagos romanos y paleocristianos de los siglos III y IV,[5] encontrados al construirse la iglesia, junto con el sepulcro gótico de San Narciso.
La nave central termina en un gran ábside semicircular románico perforado por altos ventanales góticos que dejan pasar la luz al interior.
En cuanto a las naves laterales, la del lado sur contiene dos absidiolos, que no están en el lado norte, ya que desaparecieron al construirse la capilla de San Narciso en el siglo XVIII.
Los otros dos accesos a la colegiata, góticos, se encuentran también en el lado sur y la parte norte.
En el siglo XIV se construyó un claustro gótico (1357), que tampoco ha llegado hasta nuestros días.